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Jülich, una pequeña localidad situada en el Estado Federal de Renania del Norte-Westfalia (Alemania), cuenta con uno de los centros de supercomputación más importantes del mundo. Ahora acaba de poner en marcha el Jugene (Jülicher Blue Gene), cuyas 167.000 millones de operaciones básicas por segundo (teraflops) lo convierten en el ordenador más potente que existe para uso civil.

Con 65.000 procesadores instalados en 16 placas y otros tantos armarios compactos, del tamaño de una célula telefónica, la capacidad operativa del Jugene equivale a la de 20.000 ordenadores domésticos juntos. Hasta febrero, cuando entre en pleno funcionamiento, estará a modo de pruebas.



Jugene es además el ordenador de menor consumo, al máximo de potencia, y por tanto el más ecológico de todos los de su categoría.

Este superordenador se une a los otros dos con que cuenta el Centro de Investigaciones Científicas (FZJ) de Jülich, JUBL y JUMP, también entre los más potentes del mundo y con los que puede funcionar de forma combinada.



Los proyectos que se desarrollan en Jülich, más de 200 procedentes de centros asociados de toda Europa, incluyen investigaciones sobre la materia, física, medicina y estudios climáticos.